Llevo mucho sin escribir.
Muchísimo. Me acuerdo de cuando abrí este blog. Lo abrí con muchísima ilusión, y ya pasaron unos ocho años. Ocho años de vueltas y cambios de rumbo. Ocho años en los que han pasado de todo. Quién lo diría.
Ahora estoy sentada, encima de la cama. Estoy de bajón. No tengo ganas de nada. Quizás, algunas personas que se han desvanecido, o que tenían que desvanecer antes, me han dejado la moral reducida a unos poco sentimientos, casi todos negativos. Sé que no debería de quejarme. Estoy encima de mi cama mullida, esperando a irme a clase de inglés, mientras escucho una canción de Luar na Lubre y pienso en todos los exámenes que tengo delante, el primero mañana.
Y yo pensando en hombres. No estoy hecha para el amor, nunca lo he estado. Siempre me fijo en quien no debo, ser que acaba desapareciendo. Y cuando consigo tener algo medianamente estable lo acabo tirando por la borda. Quizás sea una adicta al sufrimiento amoroso, a la atracción irrefrenable que se siente por una mirada, por una voz, por una sonrisa. Intento ocupar la cabeza con mil cosas que hacer, pero no es suficiente para detener mi mente....
Pero qué más da.
Todo sigue igual.
martes, febrero 07, 2012
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