Pienso.
Faltan 13 días. 13 días de espera. Solo 13. Dentro de 13 días podré entender por fin que es lo que me calienta el corazón, me abraza la mente y hace que cuente todos los momentos en los que respiro.
Pensaba que después de mi viaje a Milán, o más bien, viaje a la confusión mental que la gran metrópolis había ya decidido sobre mi propio corazón, no habría solución. Que ya era un alma sin destino, que vagaba por el mundo pensando que él no esistía. En cambio existe. Existe y parece que me quiera.
De hecho, ha aparecido mi hombre ideal. No se sabe todavía qué pasará. Aún faltan dos semanas. Hoy es también un día de cofusión, de todas formas. Un mensaje de "felicidades" enviado desde mi móvil me hace recordar aquel momento. El momento en el que la "Viga" llegaba a la gran metrópolis y se rodeaba de algunos amigos un poco locos. Un mensaje con respuesta que me hace recordar. Me hace recordar que también ellos están allí, y que en el fondo, no han olvidado a esta amiga un poco loca.
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1 comentario:
Pues suerte y al toro ;)
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