Abruzzo. Para mí, tierra de emociones contrastadas y de días y noches tras un ordenador, un sueño perdido que seguramente no volverá, un símbolo que me recuerda a cuando empecé a estudiar italiano, y a las extrañas emociones desenvueltas desde 2004.
En realidad, ahora estoy acabando el trabajo sobre el Abruzzo. Tenía muy claro desde principios de curso que de esta región haría el trabajo, de alegrías y tristezas que ahora se reflejan en mi cara. Tantas veces soñé con recorrerlo de arriba a abajo, y el trabajo ha sido una forma un poco dolorosa para hacerlo. Una solución parche, igual que los sueños que tenía noche tras noche hace algunos meses.
Decía que lo estoy acabando. En realidad, no, pues redactar no es la totalidad del trabajo. El 28 de abril, tendré que exponerlo ante mis compañeros y profesora, con calma y sin pensar en nada.
Todo un reto...
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