Ayer me rendí.
Me fui a trabajar, como todos los días, pero sabía que ya no era lo mismo. Nos habían pasado a Atención al cliente. Fui andando, una vez más, con mi mp3 en las orejas. Entre, me senté, empecé a trabajar, hasta que nos pasaron hasta allí. Fue terrible.
Después de algunas llamadas que más o menos me comí, llegó la crisis. Llamó una persona mosqueada. No daba a basto. No encontraba la información. La gente no se daba cuenta de que necesitaba ayuda. Ya llevaba almenos quince minutos así. No podía aguantar más la presión de tener que atender a todo a la vez. Me desmoroné. Me quedé sin respiración, no pude evitar llorar como una idiota, las manos me temblaban. Quería alejar a mi conciencia pero ella estaba allí.
Finalmente, cuando ya estaba destrozada, me mandaron a una sala. Dos figuras frías, y rígidas fingían comprender lo que estaba pasando. Intentaban que me tranquilizara, y que volviera. Pero las palabras estaban cargadas de hipocresía. Solo querían lavarse las manos. Lo notaba.
Después, me fui, escuchando música de nuevo. Sólo escuchaba una canción: Heart-Shaped glasses, de Marilyn Manson. Es curioso, pero es lo único que me tranquiliza como un sedante cuando estoy a los límites de la autodestrucción.
Aún encima, dos de mis amigos de Milán están jugando con fuego. Han hecho un viaje, y han vuelto a decir por segunda vez "A la próxima vamos a junto tuya!" Si quisiérais venir, ya habríais venido.. No esperéis que yo vaya a Milán porque vais de culo.
jueves, mayo 15, 2008
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3 comentarios:
Animo, Marinera. Aunque también suenen a palabras vacias verás como todo se soluciona. Un día malo en el curro lo tiene cualquiera pero no te rindas. ¡Ánimo!
¿Por qué no ir a Milan? Si es divino, jajaja
Vaya...
Lo creas o no, te comprendo perfectamente. Yo también he trabajado algunos mesesde teleoperadora, en atención al cliente, y sé lo desesperante que es, así como lo maleducada que es mucha gente que no sabe que detrás hay un empleado que es el que menos culpa tiene de lo que le pase a él...
Paciencia y mucha buena música, verás que prontito te acostumbras.
Un saludo enorme.
En ese caso, lo primero es lo primero: Muchísima suerte con todos los exámenes.
Un saludo.
Nos seguimos leyendo.
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